viernes, 25 de septiembre de 2009

:-)

Hace mucho que no pensaba.
Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que dejé salir a mis recuerdos.
Ahora mismo creo que ha sido una mala idea.
Abrir esa puerta me cuesta días de soledad, malestar y tristeza.
Al salir a la calle encuentro tanta gente indiferente... Tan apresurada... Tan vacía...
Esa sensación como de un leve escalofrío que te eriza los pelos de los brazos. Es una mala señal en mí.
Camino calle abajo.
Llevo todo lo que necesito: paquete de tabaco y mechero. Llevo, incluso, cosas inútiles.
¿Por y para qué llevo mi miedo a recordar?
Son sólo recuerdos, sí. Pero eso no es lo que me asusta. Son el tipo de recuerdos que son, los que no me gusta que me acompañen.
Sé cómo acabará mi día.
Siempre es lo mismo. Siempre acaban igual. Demasiado alcohol. Demasiados porros. Demasiadas escenas prohibidas a menores de 18. Y nadie para pararme los pies. En fin.
¿Crees que recuerdo la última vez que me abrazaste? ¿La última vez que me arropaste? ¿Un beso de Buenas noches? ¿Un "Te quiero"? ¿Un "Adelante, tú puedes"?
No. No recuerdo nada de eso. Tal vez porque nunca se dieron esas situaciones a mi alrededor. O tal vez se dieran y yo no sabía entenderlas.
Pero ya sabes cómo son las cosas.

"¿Qué hemos hecho mal con ella? ¿Porqué es así con nosotros? ¿Por qué ese afán de superarse en maldad con cada día que pasa? Tanta ira. Tanto desprecio."
No lo sé, querida. Piensa un poco. No es difícil.

Y la sensación sigue conmigo día tras día...

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